Al celebrar su 50 Aniversario, los socios de la empresa comparten sus experiencias y su fórmula para el éxito.
Desde sus inicios, en 1972, F&R Construction Group, Inc. (F&R) ha sentado sólidas bases que la han establecido como una de las compañías de mayor relevancia en la industria de la construcción en Puerto Rico y no es para menos. En ese entonces, tres hermanos: Ángel Antonio (Toño), José Miguel (Jama) y Jaime Fullana Olivencia unieron fuerzas para darle forma a un sueño profesional que, a lo largo de los años, se transformó en una empresa familiar de lazos extendidos cuyo compromiso inquebrantable con sus clientes les ha ganado el respeto y la admiración de todos.
“F&R Construction se crea con el propósito de brindar servicios a nuestro padre, quien era desarrollador y contrataba firmas como Atlantic Quality y Rodríguez del Valle para que le construyera los proyectos", sostuvo Ángel “Toño” Fullana Olivencia, presidente y socio fundador de la compañía, al comentar que el ya icónico nombre dentro de los conocedores de la industria proviene de los apellidos Fullana y (Vicente) Resto, un gerente de proyectos de la compañía Atlantic Quality que fue socio fundador hasta el 1977.
Hoy, a la luz del 50 aniversario, continúan liderando F&R Construction Group, Inc. los socios fundadores Toño y Jama Fullana Olivencia, como presidente y secretario, respectivamente, acompañados de Antonio Fullana Morales, como vicepresidente y socio; José Miguel “Ito” Fullana Morales, Chief Estimator y socio; Manuel Jaime “Manolo” Fullana Morales, Scheduling and Compliance VP y socio; y Néstor Amador Chacón, vicepresidente ejecutivo y socio.
Para los ejecutivos de F&R, cumplir con las más altas expectativas de sus clientes siempre ha sido unos de los elementos más importantes y lo han logrado, estableciendo siempre un consenso en la manera de ejecutar sus proyectos, de manera que cada obra se rige por los más altos estándares y planificación para asegurar su éxito.
“Nuestra ideología corporativa es ‘uno para todos y todos para uno’”, enfatizó Toño, al agregar que “en otras palabras, aquí no se hacen las cosas como uno quiere, sino como el grupo quiere. Cada miembro del equipo está encargado de un área específica y la suma de todos los esfuerzos es lo que hace a F&R. Las decisiones siempre son unánimes”, aseguró complacido, mientras el grupo asintió, al comentar que, si alguno de los socios no está de acuerdo, conversan hasta llegar a acuerdos que inciden en mejores proyectos.
A esta exitosa práctica basada en la confianza, agregan la capacidad de identificar aquellos proyectos que, al fin y al cabo, realizarán con un sexto sentido que han desarrollado a través de los años y los numerosos proyectos bajo a su haber. Este sexto sentido no es otra cosa que la experiencia que se logra al haber resuelto miles de asuntos de la manera más efectiva para el beneficio de la ejecución de la obra.
Según enfatizó Toño, ese sexto sentido ha sido un elemento importante en estos 50 años, pues les ha permitido tomar decisiones pertinentes, que, a la vista de otros, pudieran significar la pérdida de oportunidades importantes. Sin embargo, como agregó, por su parte, Jama, para el experimentado grupo, confiar en sus instintos y en esa capacidad de discernir entre los proyectos que van a hacer una diferencia por diversas razones, es una de las capacidades y estrategias más relevantes con las que cuentan, y que ha probado ser exitosa para fortalecer su presencia en la isla.
“Es un sexto sentido que ha sido alimentado por personal honrado, capacitado académicamente, orgulloso de su trabajo y comprometido con la obra y el bienestar de nuestra isla. La mayoría de las veces, hemos tenido razón, así que ha funcionado muy bien”, sostuvo Toño, visiblemente complacido.
Con muchos deseos de escollar en la industria, los conocimientos, los recursos y la experiencia, que adquirieron trabajando como inspectores en la desarrolladora de su padre, Fullana Construction, los hermanos Fullana Olivencia se embarcaron en su primer proyecto, San Agustín Apartments, un desarrollo de 24 unidades en Río Piedras. Le siguieron otros que le imprimieron notoriedad a la novel compañía, incluyendo el Condominio Playamar, en Isla Verde, Carolina. Sin embargo, probablemente, una de las obras más emblemáticas del grupo sea el Condominio Isleta Marina, en Fajardo, cuya construcción inició en 1973.
En esa época, según explicaron los entrevistados, el reto principal de ese proyecto fue en adquirir la fianza para realizar el proyecto. La fianza es una herramienta que garantiza que el contrato de construcción se lleve a cabo como fue estipulado y es, sobre todo en proyectos de gran envergadura y más allá de la planificación, uno de los pasos más importantes para iniciar un proceso de construcción.
“Básicamente, siendo nosotros una compañía relativamente nueva, porque apenas llevábamos un año de fundada, no conseguíamos fianza para un proyecto de esa magnitud”, recordó Toño, a la vez que destacó que, en ese momento, Isleta Marina fue un proyecto que superaba los $10 millones. No obstante, “Benítez Insurance nos dio ocho fianzas de un $1 millón cada una y con eso logramos el financiamiento y se hizo la obra”, detalló el ejecutivo, al mencionar esos primeros escollos en financiación.
“Lo demás fue un asunto de logística, ya que, simplemente, todo había que llevarlo en barcaza. [Aun así] el proyecto caminó muy bien. Era una época de mucha mano de obra en Puerto Rico, en la que los materiales tenían un costo razonable”, advirtió el presidente de F&R Construction, quien mencionó que, por ejemplo, los costos del acero y de la yarda de hormigón rondaban, respectivamente, en los $6 y $14. Asimismo, el salario mínimo era menor.
Hoy, según ha pasado el tiempo, los retos son otros, pero los enfrentan con la misma capacidad que los ha caracterizado en su trayectoria y, más que nada, con una actitud positiva y alentadora que trasciende las palabras.
Por ello, si bien aspectos como la falta de mano de obray el costo de los materiales de construcción también les han tocado, como dicen nuestros abuelos, ya están curados de espanto y los enfrentan con precisión y estrategias basadas en su conocimiento y experiencia.
Es así como la experiencia de F&R Construction en la industria se ha convertido, también, en un gran aliciente para atraer empleados en un momento sociohistórico de gran peso para la continuidad, no solo de las empresas del país, sino también para el desarrollo de la infraestructura y el avance de todo un pueblo.
“En Puerto Rico hay una gran escasez de mano de obra y, básicamente, nuestro nombre y nuestra permanencia en la industria por 50 años nos abre el camino para que la gente quiera trabajar con nosotros. Eso nos ha ayudado a sobrepasar uno de los retos más grandes que es el de conseguir empleados”, apuntó, por su parte, Manolo Fullana Morales.
En cuanto al costo de los materiales, aunque, ciertamente, incide en el costo total de cada obra, al cotizar, hacer los cálculos precisos es un elemento esencial para promover la eficiencia, por lo que contar con profesionales de experiencia para ejecutar esta importante tarea, ha probado hacer una gran diferencia entre sus competidores, pues, para hacerlo, cuentan con uno de los profesionales más experimentados en esta industria, Jama. Quien de sus 50 años de experiencia lleva compartiendo labores con su hijo Jose “Ito” Fullana por más de 25 años.
Aunque el grupo afirmó que, si bien, lamentablemente, esto puede llevar al que el costo de una casa en Puerto Rico sea mayor de lo que puedan invertir aquellos que deseen comprar, “para [contrarrestar] eso, a Dios gracias, han venido todas esas ayudas federales que los están ayudando con las hipotecas”, añadió Toño, refiriéndose a las ayudas de programas disponibles con este fin, como los fondos CDBG-DR.
Al hacer un balance de los proyectos más emblemáticos y los retos enfrentados, los resumió con precisión, tal como cuando un padre menciona a sus hijos y qué los caracteriza.
“El primero es Isleta Marina. Obviamente, fue de los primeros y el más complejo. El segundo, por su magnitud y tamaño, es el Sheraton Puerto Rico Convention Center.
Este fue un proyecto de $125 millones que se hizo en un período de dos años y también fue el primer proyecto certificado LEED® en la isla”, resaltó Ito. Esta certificación, cuyas siglas, en inglés, significan Leadership in Energy & Environmental Design, es la más usada en el mundo para evaluar el diseño, la construcción, el mantenimiento y la operación de construcciones sostenibles.
“El tercer proyecto que te puedo mencionar son las oficinas de McConnell Valdés, en Hato Rey, no solo por la complejidad del proyecto, sino también por la complejidad de bregar con 43 abogados, ¡imagínate, a Dios gracias, fue un proyecto muy exitoso!”, dijo divertido Toño.
Entre estos proyectos también se encuentra la piscina olímpica de El Escambrón que, aunque ya demolida, en su momento representó muchos retos porque se usaron unos moldes de acero que nunca se habían utilizado en la isla y que fueron muy noveles. A esto se añaden, por su complicada logística, las 23,000 casas que arreglaron en conjunto con BLDM, en un período de un año, después del azote del huracán María bajo el programa “STEP”.
El grupo resaltó que en su extenso porfolio de obras cuentan con la mayoría de los centros judiciales de la isla, hospitales como el Centro Comprensivo de Cáncer y el CDT de Guaynabo; el Museo de Arte de Puerto Rico; y, más recientemente, la Escuela Vocacional San Isidro, , entre otros edificios.
Todas y cada una de estas obras son relevantes, pues, en diversas instancias, forman parte del diario vivir de los puertorriqueños. “Son miles y miles de pies cuadrados que no son vivienda, y que incluyen almacenes y otros proyectos”, aseveró Toño.
También ha habido obras que han tenido un impacto más personal y profundo por su gran significado social. “A mí, en particular, me tocó Las Gladiolas, que fue un proyecto que se demolió en su totalidad y en el que participamos con un desarrollador de Estados Unidos. Cuando se entregó esa primera unidad, la persona que se mudaba estaba en shock de que ese apartamento era para el disfrute de ella… con cosas que damos por sentado, pero que, para ella, eran especiales”, comentó Ito, al agregar que, además, eran unidades seguras, fabricadas a prueba de huracán por los códigos, y que aguantaron el embate del huracán Maria.
El legado de F&R Construction también es evidente en uno de los aspectos más trascendentales para los puertorriqueños: la adquisición de un hogar. De este modo, el grupo se encuentra muy orgulloso y complacido de que, a través de sus 50 años de historia, hayan sido artífices de uno de los sueños de mayor alcance que cualquier individuo pueda tener para su presente y su futuro.
Así, a través de estos 50 años, la también galardonada compañía ha construido sobre 18,000 unidades de vivienda nueva para clientes desarrolladores, 2,394 unidades de vivienda nueva para entidades relacionadas y, recientemente, la reparación de 23,000 unidades afectadas por el huracán María.
“Son muchas unidades, si las divides en 50 años estamos hablando de aproximadamente 850 unidades por año”, “Para que tengas una idea, eso, para nosotros, representa que estamos ayudando a la gente en el proceso de una de las decisiones [más importantes] que tiene que tomar en su vida y que va a impactarla por el resto de su vida” afirmó orgulloso Toño, sobre este esfuerzo que ha requerido de muchas manos, análisis y planificación que ha salido de la misma mesa desde donde dieron esta entrevista a Tiempo de Construir
“La construcción de viviendas es algo muy significativo para nosotros, porque sabemos que para la persona que la va a adquirir, es su casa. Es su todo. Por eso hay que hacerlo bien porque [esa persona] va a estar ahí, si Dios quiere, por muchos años, disfrutando de sus frutos”, exaltó Ito.
Para el grupo ejecutivo de F&R, la experiencia los coloca a un nivel superior de desempeño difícil de emular, que incluye el envolvimiento de cada uno de ellos en cada etapa de ejecución.
“Aquí, en F&R, siempre, en todo el proceso, de principio a fin, se va mano a mano [con el cliente] hasta que se termina el proyecto”, sostuvo Ito, al resaltar que, en el área de la preconstrucción, trabajan tanto él como su padre, mientras que Toño siempre está envuelto en todo el proceso y Nolo (su hermano) y Antonio (su primo) se encargan de trabajar el field.
“Siempre va a haber un Fullana o un ejecutivo en el proceso del proyecto, hasta el final”, aseveró, al afirmar que este envolvimiento directo asegura la calidad de los proyectos y cimenta las relaciones con sus clientes, lo que ha sido un factor determinante para permanecer en la preferencia del mercado.
De generación a generación, los entrevistados afirmaron que F&R Construction es sinónimo de experiencia sin paralelo y, aunque han tenido entre las manos proyectos difíciles, en cinco décadas, los más experimentados del grupo lo han visto todo y, con habilidad, hacen sencillo lo complicado, característica que han transmitido a las generaciones más recientes.
“Cuando es un proyecto difícil, tenemos la experiencia de papi en la oficina y de Toño en el field”, reafirmó Ito, mientras que Manolo resumió cómo ha observado esta trayectoria desde su perspectiva.
“Cuando uno empieza es como el ‘hijo de papi’, ‘el hijo de Toño’, ‘el hijo de Jama’. Con el tiempo, nos llegaron las canas, se nos cayó el pelo y ya no somos ‘el hijo de papi’, ya somos el socio de la compañía que cuenta con años de experiencia y también una responsabilidad mayor”, señaló, al comentar que fue aproximadamente en el 2005 que los sobrinos y primos se convirtieron en socios de la empresa.
“Empezamos caminando, pero ya estamos corriendo a la par de ellos. Somos un family business gone big. Somos grandes, pero los valores son familiares”, apuntó orgulloso.
“Aquí no hay padres e hijos, aquí lo que hay son profesionales ejecutando trabajo”, enfatizó rotundo Toño, al expresar que, en este trayecto, han aprendido unos de otros y han integrado aspectos como la tecnología para hacer que este caminar de 50 años haya sido más productivo y exitoso.
“Es la tecnología versus las canas... cuando nosotros empezamos esto, no había nada más que máquinas de sumar. Cerrar una subasta cogía toda la noche y esta mesa se llenaba de rollitos de papeles. Hoy en día, en una computadora, con un botoncito, guardas todo en un instante y cuadras la subasta”, comparó el veterano constructor y desarrollador.
“Hoy día, lo que de antemano no cabía en esta mesa entre planos, especificaciones y otros documentos, está todo aquí, en el celular, no solamente para mí, sino también para todos los socios y la gente que trabaja los proyectos, incluyendo los arquitectos, los dueños y otras personas que están fuera de la corporación, y que ahora pueden tener acceso a esta información. Está todo disponible aquí”, compartió Manolo, mientras levantaba su celular, al abundar sobre la facilidad y la agilidad que le imprime la tecnología a la ejecución de proyectos y al acceso a información relevante en tiempo real.
Como todo, estos adelantos conllevan una inversión importante que ha hecho que F&R Construction se mantenga ágil en la búsqueda de la tecnología que mejor se ajuste a sus necesidades, a las de sus clientes y a las realidades de la industria.
“Somos proactivos en mejorar lo que tenemos y acoplarnos según la tecnología avanza, porque nos ayuda a ser más eficientes”, aseveró Ito A la vez que afirmó que el ingrediente principal de su “la receta del éxito” es el trabajo duro y coordinado entre todos los componentes de la compañía.
“Eso lo heredamos de ellos. [No importa si hay que salir temprano o tarde], hay que hacer lo que hay que hacer para echar cada proyecto para adelante y eso lo hemos visto toda la vida. Como dice Toño, hay recursos que nos hacen el proceso un poco más fácil, pero el trabajo hay que hacerlo”, afirmó Ito.
En este proceso, los empleados también juegan un rol fundamental para formar parte del selecto grupo de compañías en la isla que han alcanzado las cinco décadas de servicios ininterrumpidos.
Durante 50 años, son muchos los empleados que han iniciado su carrera en F&R Construction. Por ello, no es de extrañar que algunos superen los 40 años en la compañía y otros que, aunque ya no están allí, hayan llevado sus conocimientos y aprendizajes a otras empresas locales.
“Para que tengas una idea, nosotros comenzamos el 1972 y tengo empleados que llevan conmigo 44, 43, 33, 34 y 30 años. [Estos incluyen desde] secretaria ejecutiva, choferes, gerentes de proyecto y coordinadores de proyecto, hasta albañiles y foremen. La mayoría de mis empleados ejecutivos solamente han conocido un trabajo, este”, afirmó con orgullo el presidente y socio fundador. Asimismo, aunque es del pensar que debieran ser los mismos empleados quienes hablen sobre su experiencia en la compañía y las cualidades que han hecho que se mantengan por tanto tiempo ahí, resaltó la honradez como cualidad esencial.
“Nosotros tenemos un sistema de trabajo donde se le da mucha responsabilidad al empleado. No estamos aquí detrás de ellos y la honradez es un requisito bien importante que, a través de los años, nos ha fallado muy poco. Otro es el compromiso”, aseveró, al señalar que las largas horas de trabajo, que pudieran acumular hasta trece horas diarias, pueden ser un reto. Sin embargo, la dedicación del personal de todos los niveles supera los sacrificios.
“Nuestros empleados son bien dedicados a F&R Construction”, añadió Ito, quien sostuvo que, como empresa familiar, también cuenta con empleados que son, a su vez, miembros de familias en diferentes áreas. “Hay hermanos, papás, mamás y primos que trabajan con nosotros. De nuevo, somos y seguimos siendo un negocio familiar. Los empleados tienen esa misma atención y respeto. Nosotros somos la cabeza, pero nuestro norte, nuestro empuje, son los empleados. Llevan con nosotros años y siempre confían en [que los llevamos por] el camino correcto en las decisiones que hay que tomar, confían en nosotros y nosotros confiamos en ellos”, apuntó el Chief Estimator y socio, mientras el grupo de ejecutivos afirmó que la comunicación y la política transparente de puertas abiertas son algunos de los bienes más preciados que guían esa relación.
“Nuestro recurso más importante son los empleados. Esta compañía es lo que es por los empleados. A eso no hay que darle vuelta”, agregó Toño. En estos momentos, de acuerdo con Jama, F&R Construction cuenta con una plantilla de 400 empleados y buscan expandir la nómina, pues han retomado el reclutamiento para hacer ciertas tareas que habían dejado de hacer por los cambios de la industria, como es el caso de la fabricación del hormigón.
Al enfatizar que la industria se encuentra en un momento dramático ante la disminución de subcontratistas bona fide de hormigón, “nos dimos cuenta de que debemos volver a hacer esos trabajos nosotros y aumentar la plantilla de trabajo, sin depender de un subcontratista”, dijeron.
En su ruta a alcanzar el hito de 50 años, F&R Construction ha sido testigo de cambios profundos en nuestra sociedad y de los retos más intensos que han marcado a la isla. Sin embargo, la perspectiva de sus socios abre una ventana de optimismo.
“Nosotros creemos en Puerto Rico, somos puertorriqueños y entendemos que Puerto Rico tiene mucho por crecer todavía y queremos ser parte de ese crecimiento”, exaltó Toño.
“Hay que echar para adelante y tenemos muchos proyectos. Creemos que el futuro es bien prometedor para Puerto Rico y la industria de construcción”, agregaron por su parte Jama e Ito. Entendemos que el futuro de la construcción en Puerto Rico es muy positivo”, finalizó diciendo Toño.