Corría la segunda mitad del pasado siglo cuando Puerto Rico comenzó a experimentar un crecimiento en su economía a la par con el desarrollo de su proceso de urbanización. Las principales ciudades del país se expandieron y, en el caso particular del área de San Juan, se crearon nuevas comunidades residenciales, centros comerciales, edificios de servicios públicos y hospederías.
Fue una época de grandes retos para nuestra sociedad y en la que aparecían las señas de un Puerto Rico moderno. Entonces, la industria de la construcción despuntaba como uno de los pilares del desarrollo económico, particularmente por el avance en la edificación de viviendas y espacios comerciales.
Con toda esa propagación urbanística surgió la necesidad de instaurar un nuevo mercado de servicios inmobiliarios para la administración eficiente de viviendas y comercios, tanto en la gestión de arrendamientos como en su mantenimiento.En ese contexto, en agosto de 1974, un joven e intrépido estudiante de derecho emprendió los cimientos de una compañía de administración de propiedades, con incidencia inicial en el mercado residencial.
Su nombre, Alfredo Martínez-Álvarez, fundador de Martinal Enterprises, Inc., hoy Martinal Group, una firma familiar puertorriqueña distinguida, entre otras cosas, por ser precursora en la gerencia y mantenimiento de propiedades residenciales y estructuras comerciales de la Isla.
Para su fundador, más allá de crear una empresa para ocupar un espacio importante en el mercado inmobiliario de Puerto Rico, la misión de Martinal era proveer un buen servicio orientado a satisfacer las necesidades de sus clientes. Más aún, enfocó su visión en lograr crear las condiciones para desarrollar vivienda resiliente, segura y óptima para mejorar la calidad de vida de todos los puertorriqueños, lo que ha logrado trabajando en diversas comunidades en todo el país, desarrollando y administrando propiedades residenciales y comerciales.
En sus inicios, la empresa también exploró otras esferas del mercado de bienes raíces. Por ejemplo, junto a su amigo de infancia, Federico Stubbe, Martínez-Álvarez se adentró en el mundo de la construcción al desarrollar proyectos de vivienda en áreas privilegiadas de los municipios de Gurabo, Cidra y Dorado.
Asimismo, de la mano de su primo y socio, Miguel Quiñones, posicionó a Martinal como una de las firmas más relevantes de la isla en la administración de viviendas bajo el programa de Sección 8 y residenciales públicos.
Es así que Martinal ha impactado a muchas familias y comunidades de todos los niveles socioeconómicos de Puerto Rico, por quienes han trabajado para ofrecerles hogares seguros y óptimos en los que se promueva un alto espíritu comunitario y un ambiente de armonía y sana convivencia.
Por eso hoy, gracias a su vasta experiencia y exitosa trayectoria, Martinal es reconocida como una de las mejores compañías de administración de propiedades en Puerto Rico y cuenta con el personal más capacitado y experimentado en la industria.
“El trabajo y compromiso de los empleados de Martinal, a todos los niveles, al igual que su equipo gerencia, han sido el factor determinante que ha logrado el posicionamiento y crecimiento de nuestra empresa”, señaló Alfredo “Alfie” Martínez-Álvarez, Jr., quien hace más de una década asume la presidencia de la firma.
Tras el arribo de Martínez-Álvarez, Jr., Martinal dejó de ser solo una empresa dedicada a la administración, compra y venta, y desarrollo de propiedades para caminar de la mano de la innovación a través de la incorporación de recursos tecnológicos y nuevas prácticas gerenciales.
Gracias a esto, Martinal es considerada el mejor aliado comercial del sector de bienes raíces en la isla y se destaca como un actor importante en el desarrollo de política pública en materia económica a favor del bienestar de nuestra sociedad.
En la actualidad, Martinal Group, un conglomerado empresarial conformado por Martinal Management, Corp., Martinal Property, Corp. y Martinal Real Estate, Corp., mantiene una práctica continua de innovación en todos los renglones de sus operaciones, preservando siempre los valores y la ética del servicio que distingue a las pequeñas, medianas y grandes empresas familiares de Puerto Rico.
De la misma manera, como administrador inmobiliario de condominios, urbanizaciones, complejos de vivienda pública y residencias de interés social, se encarga de hacer un cernimiento adecuado para localizar los mejores inquilinos para sus clientes, a la vez que asume control y responsabilidad de los trabajos de mantenimiento, reparaciones, cuidado de jardines y áreas comunes, fumigación, recogido de basura y seguridad.
“Trabajamos en diversas comunidades en todo el país y en cada una de ellas transmitimos valores de sana convivencia y ambientes sostenibles para brindar una mejor calidad de vida. Esa es nuestra mayor satisfacción y nuestro mejor legado”, acotó Martínez-Álvarez, Jr.