Aranceles, inflación y  un futuro incierto:  el nuevo reto de la construcción en Puerto RicoAranceles, inflación y  un futuro incierto:  el nuevo reto de la construcción en Puerto Rico

Aranceles, inflación y un futuro incierto: el nuevo reto de la construcción en Puerto Rico

Por Finees Almenas | Tiempo de Construir
March 31, 2025

Aranceles. Inflación. Crisis geopolítica. Factores que antes parecían discusiones abstractas en informes económicos hoy dominan los titulares de las noticias y las conversaciones en los salones de conferencias. La posible imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones de Canadá, México y China ha generado inquietud en múltiples sectores, particularmente en la industria de la construcción en Puerto Rico, donde la fluctuación en costos y la incertidumbre económica podrían frenar inversiones y proyectos clave. A medida que la incertidumbre frena la inversión, los desarrolladores y constructores enfrentan una realidad desafiante: adaptarse o quedar rezagados.

Para obtener una visión más amplia sobre este panorama en evolución, conversamos con tres figuras clave de la industria: Agustín Rojo, presidente de la Asociación de Constructores de Puerto Rico; el economista Graham A. Castillo-Pagán, presidente de Estudios Técnicos, Inc.; y el empresario Jorge L. Rodríguez, P.E., fundador y CEO del Instituto de Libertad Económica para Puerto Rico (ILE-PR). Sus análisis ofrecen una perspectiva profunda sobre los retos y oportunidades que enfrenta el sector de la construcción en la isla.

Un ecosistema en constante cambio

Agustín Rojo Montilla

“Debemos estar alertos, pero no alarmarnos”, afirma Agustín Rojo. Para Rojo, la clave está en la preparación, no en la reacción impulsiva. “Nuestra industria siempre está en un estado de cambio. No podemos caer en pánico cada vez que se menciona un posible arancel. Esto es parte del día a día en el sector. La clave es mantenerse informado y desarrollar estrategias que permitan minimizar el impacto de cualquier variación en los costos.”

Aún así, la posibilidad de nuevos gravámenes sobre materiales esenciales como el hierro, aluminio y cristal preocupa a los constructores. Aunque Rojo estima que aun es dificil proyectar cual será el impacto del arancel sobre el hierro sí anticipa un alza en los costos generales de construcción, lo que podría desacelerar proyectos y forzar a los desarrolladores a buscar ahorros y ser creativos con sus productos como por ejemplo para mitigar costos por pie cuadrado. “Es posible que algunos proyectos enfrenten retrasos o que los constructores tengan que renegociar términos financieros con inversionistas y clientes para garantizar la viabilidad de sus desarrollos”, agrega Rojo.

Otro factor para considerar es cómo las empresas constructoras pueden diversificar sus fuentes de materiales y explorar opciones en mercados alternativos. “Esta puede ser una oportunidad para que la industria busque nuevos proveedores, adopte tecnologías más eficientes y establezca mejores prácticas en la gestión de costos”, comenta Rojo. La resiliencia y la capacidad de adaptación serán clave para navegar este entorno incierto y garantizar el crecimiento sostenido del sector.

Más que aranceles: La intersección de la política y la economía

Más allá del impacto directo de los aranceles, el entorno macroeconómico de Puerto Rico ya enfrenta presiones significativas. El economista Graham A. Castillo-Pagán destaca que los aumentos arancelarios podrían tener un efecto inflacionario en la economía local. “No hay duda de que estas tarifas, de mantenerse, impactarán el costo de construcción y rehabilitación de vivienda, lo que agravará aún más el acceso a vivienda en Puerto Rico”, explica Castillo-Pagán. Con tasas hipotecarias elevadas y precios de viviendas en máximos históricos, el impacto podría ser severo.

Econ. Graham Castillo

Pero no todo es pesimismo. Castillo-Pagán señala que las cadenas de suministro globales están en constante transformación, lo que abre oportunidades para que Puerto Rico diversifique sus fuentes de abastecimiento y explore nuevas estrategias para reducir su dependencia de importaciones. En este sentido, la isla podría beneficiarse de acuerdos comerciales con otros países o incluso fomentar la producción local de ciertos materiales de construcción, lo que fortalecería la economía interna y reduciría la vulnerabilidad ante crisis externas.

Además, Castillo-Pagán subraya la importancia de abordar las barreras estructurales que actualmente dificultan la inversión extranjera en la isla. “Si logramos eliminar obstáculos como la permisología engorrosa y la doble tributación sobre empresas extranjeras, podríamos incentivar la llegada de capital y la creación de nuevas oportunidades en el sector de la construcción”, explica. De esta manera, se podrían fomentar alianzas estratégicas con actores internacionales que brinden acceso a tecnologías avanzadas y modelos de negocio innovadores.

Si bien la incertidumbre es un factor que seguirá presente en el corto y mediano plazo, el economista destaca que la clave está en la capacidad de adaptación de la industria. “Los cambios en el comercio global pueden traer retos, pero también generan oportunidades para quienes sepan anticiparse y posicionarse estratégicamente”, concluye. En este contexto, la industria de la construcción en Puerto Rico tiene la posibilidad de redefinir su estructura y fortalecerse a largo plazo si se toman decisiones acertadas en materia de inversión y desarrollo.


Los desafíos estructurales y el factor regulatorio

Para Jorge L. Rodríguez, P.E., los aranceles son solo la punta del iceberg de un problema más profundo. “El problema real no es el costo de los materiales de construcción, sino la cantidad excesiva de regulaciones gubernamentales, los altos impuestos y la burocracia que encarecen cada proyecto antes de colocar la primera piedra”, advierte Rodríguez.

Ing. Jorge L. Rodríguez.

El alto costo de hacer negocios en Puerto Rico, sumado a un marco regulatorio que, según Rodríguez, está “corroído y fosilizado debido a la politización”, convierte a la isla en la jurisdicción con menor libertad económica en EE.UU. Esta situación encarece la inversión en infraestructura disuade a nuevos inversionistas que buscan mercados más accesibles y eficientes. “Las trabas burocráticas no solo afectan a las grandes empresas, castigan a los pequeños y medianos desarrolladores, quienes terminan viendo sus proyectos retrasados o cancelados debido a los altos costos administrativos y la lentitud del proceso de permisos”, agrega Rodríguez.

Además de la carga regulatoria, otro problema estructural es la falta de incentivos que permitan agilizar los proyectos de construcción en la isla. Rodríguez enfatiza que “sin una reforma profunda del sistema de permisos y tributación, el sector de la construcción en Puerto Rico seguirá operando con grandes desventajas frente a otros mercados competidores en la región”. Esto se traduce en una menor cantidad de proyectos nuevos, un acceso más limitado a viviendas asequibles y una desaceleración en la creación de empleos dentro del sector.

El experto sugiere que parte de la solución radica en establecer un sistema más ágil y transparente que elimine las barreras innecesarias para la inversión. “Si logramos modernizar y simplificar los procesos gubernamentales, podríamos ver un aumento en la inversión privada y un crecimiento sostenido en el sector”, concluye Rodríguez. Para él, el verdadero reto no es solo lidiar con los costos de los materiales, sino con un marco institucional que debe ser actualizado para responder a las necesidades de la industria y fomentar un desarrollo más dinámico y competitivo.

Adaptación y oportunidades en medio de la crisis

A pesar de los desafíos, la industrIa pesar de los desafíos, la industria de la construcción en Puerto Rico no está en una encrucijada sin salida. Rojo resalta que la incertidumbre genera oportunidades: “Esto nos obliga a expandir nuestro portafolio de suplidores, acelerar la adopción de nuevas tecnologías y buscar mayor eficiencia en nuestras operaciones. También puede ser el impulso que necesitamos para reformar nuestra política pública en torno a la construcción”. A su juicio, las crisis pueden acelerar procesos de transformación que de otro modo tardarían años en concretarse, y en este sentido, los constructores deben mantenerse abiertos a nuevas estrategias y modelos de negocio.

Además, Puerto Rico tiene a su favor una inversión millonaria en fondos federales destinados a la reconstrucción tras los huracanes. “Si logramos utilizar bien esos fondos, podríamos tener varios años de desarrollo económico saludable”, afirma Rojo.

Además de permitir la recuperación de infraestructura dañada, estos recursos también pueden ser aprovechados para modernizar el sector y hacerlo más competitivo en el largo plazo. Sin embargo, advierte que depender exclusivamente de fondos federales no es una estrategia sostenible y que la isla necesita crear un desarrollo económico local más robusto.

La clave, según Rojo, está en fomentar el emprendimiento dentro del sector y promover incentivos que estimulen la inversión privada. “Si logramos reducir barreras burocráticas y agilizar procesos de permisos, podemos atraer más capital y generar más proyectos que no dependan únicamente del financiamiento gubernamental”, explica. Para ello, destaca la importancia de trabajar en conjunto con entidades regulatorias y el sector público para generar un ambiente más propicio para el crecimiento de la industria.

Asimismo, menciona la necesidad de capacitar a la fuerza laboral y atraer más trabajadores al sector, dado que la escasez de mano de obra calificada es otro de los retos que enfrenta la industria.

“Sin talento humano capacitado, cualquier esfuerzo por expandir o innovar en la construcción será limitado. Es esencial desarrollar programas de formación y certificación que preparen a más personas para integrarse al sector”, concluye Rojo.

Estrategias para fortalecer la industria de la construcción

Ante un panorama lleno de incertidumbre, la clave para la industria de la construcción en Puerto Rico es la preparación estratégica. Los expertos consultados destacan acciones fundamentales para enfrentar los retos actuales y aprovechar nuevas oportunidades:

1. Anticipar riesgos y cambios en el comercio global (Graham A. Castillo-Pagán)

  • Desarrollar matrices de riesgo para prever distintos escenarios económicos.
  • Mantenerse atentos a cambios en la política comercial de EE.UU. y su impacto en las importaciones.
  • Explorar oportunidades en nuevos mercados para diversificar la cadena de suministros.

Reducir barreras burocráticas y fomentar la inversión privada (Jorge L. Rodríguez, P.E.)

  • Simplificar la permisología para agilizar los proyectos de construcción.
  • Eliminar obstáculos regulatorios y tributarios que desincentivan la inversión.
  • Crear incentivos fiscales que fomenten el desarrollo de infraestructura y vivienda asequible.

Optimizar la eficiencia y modernizar la política pública (Agustín Rojo)

  • Implementar nuevas tecnologías y prácticas que reduzcan costos en la construcción.
  • Impulsar reformas en las regulaciones gubernamentales que afectan el desarrollo del sector.
  • Convertir la industria de la construcción en un motor clave del crecimiento económico en la isla.

La capacidad de adaptación será la diferencia entre el éxito y el estancamiento en el sector. La pregunta no es si los cambios vendrán, sino qué tan preparados estaremos para enfrentarlos.

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