Al trabajar por un propósito en común y en alianza con agencias del gobierno, instituciones privadas, grupos e individuos, las organizaciones del tercer sector han sido esenciales en el desarrollo de la capacidad de buscar soluciones afines a los problemas comunes que nos aquejan como país, especialmente después del paso de los huracanes Irma y María.
Asimismo, y como ha quedado evidenciado tanto en Puerto Rico como en otros lugares del mundo, el rol del tercer sector ha sido fundamental en las cuatro fases del manejo de emergencias: mitigación, preparación, respuesta y recuperación. Su experiencia provee no solo alivio y esperanza, sino también confianza en momentos de incertidumbre, que pueden extenderse por días, semanas, meses e, incluso, años. Una de esas instituciones es Habitat for Humanity of Puerto Rico, una organización sin fines de lucro afiliada a la entidad global Habitat for Humanity International, con presencia en los 50 estados de los Estados Unidos y aproximadamente 70 países, y que, desde 1997, se estableció en la isla.
“Nosotros estamos celebrando 25 años de presencia en Puerto Rico. Nuestra misión es ayudar a familias e individuos a alcanzar estabilidad, autosuficiencia y un mejor futuro, a través de programas de desarrollo y de adquisición de vivienda”, afirmó Amanda Silva, directora ejecutiva de la organización.
Para Silva, quien labora hace 15 años en Habitat Puerto Rico, “trabajar en la entidad y en esta misión es un privilegio porque permite proveer alternativas tangibles a problemas sociales que nos aquejan como país. Si nos preocupan la criminalidad, la niñez, la salud y el desarrollo económico, una de las maneras de poder atacar esos problemas es proveyendo un hogar seguro a familias e individuos”, afirmó, al expresar que la ausencia de un techo seguro dificulta o imposibilita la movilidad social, y también afecta la salud emocional y física de las personas, lo cual se hizo más evidente luego de los huracanes Irma y María.
“Muchas de las familias, al no tener un lugar propio [donde permanecer], tienen que vivir con familiares o con unas rentas muy altas y eso crea problemas de hacinamiento, lo que, a su vez, crea problemas sociales, de conducta y de violencia”, agregó, al aceptar que, si bien el impacto de la organización “no es la respuesta a todo, permite proveer algún tipo de solución tangible a los problemas que nos afectan a todos como puertorriqueños”.
Habitat for Humanity of Puerto Rico lleva a cabo su función a través de varios programas que incluyen: el Programa de Adquisición de Vivienda, y el Programa de Recuperación de Puerto Rico, una iniciativa abarcadora creada en el 2018 como respuesta a la destrucción de los huracanes Irma y María, los cuales se estima que afectaron unas 780,000 viviendas en la isla.
Este programa, según indicó Silva, tiene cuatro objetivos principales:
“En esencia, es proveerles [a las familias aliadas] la oportunidad de ser dueños de su propia vivienda. Les proveemos el financiamiento subvencionado y les damos la oportunidad de ser dueñas de su propia vivienda a familias que no cualificarían para una hipoteca común y corriente”, explicó, al destacar que, “esa oportunidad, tiene un impacto inmediato en la salud y el bienestar de la familia, así como en su desarrollo económico y del país. Tenemos un efecto multiplicador”.
En el proceso, las familias donan de su tiempo para la rehabilitación o construcción de sus casas, y aprenden a mantenerlas. Del mismo modo, participan en talleres educativos para ser dueños de vivienda responsables.
Para las familias que son dueñas, pero que no tienen los medios para reparar sus casas, Habitat Puerto Rico cuenta con el Programa de Reparación de Viviendas, mediante el cual se hacen arreglos para que no estén vulnerables, en caso de un evento natural.
Habitat for Humanity of Puerto Rico puede realizar su trabajo, gracias a “un cúmulo de esfuerzos que tenemos a través de donantes individuales, corporativos, subvenciones de dinero de gobierno federal y estatal, y contribuciones en especie (“in kind”)”, aseveró Silva. De este modo, puede proveer servicios como adiestramientos que forman parte del Programa de Recuperación.
“Queremos desarrollar las capacidades de los individuos, de las comunidades y de la fuerza laboral para reconstruir a Puerto Rico”, reveló la directora ejecutiva, quien indicó que esto se logra a través del programa Habitat Builds Puerto Rico, que ofrece adiestramientos de capacitación en la construcción, a personas que cualifiquen, de acuerdo con sus ingresos, y que estén motivadas a ser parte de la industria de la construcción. En estos momentos esto cobra mayor relevancia ante la escasez de mano de obra en la Isla para la industria de la construcción.
El programa, que cuenta con la asesoría de un comité timón y voluntario compuesto por la Asociación de Constructores de Puerto Rico, la Asociación de Contratistas Generales (AGC) Capítulo de Puerto Rico, entre otras organizaciones, se desarrolló con donativos de colaboradores corporativos y se estableció como piloto en la Universidad del Sagrado Corazón. Una asignación de fondos del Programa de Subvención en Bloque para el Desarrollo Comunitario para la Recuperación ante Desastres de Puerto Rico (CDBG-DR, en inglés) permitió ampliar el programa y llevarlo al área sur, a las instalaciones del Albergue Olímpico, en Salinas.
El adiestramiento dura de cinco semanas y media, e incluye cursos en destrezas básicas de construcción, matemáticas, medidas de planos, seguridad ocupacional. [Los participantes] tienen [talleres de] carpintería, albañilería, electricidad y plomería. “Intercalado, tienen el acompañamiento de lo que se llama en inglés ‘soft skills’, incluyendo cómo hacer un resumé, las leyes que hay que seguir [en la industria] o cómo hacer una entrevista de empleo. [Se trata de] darles los recursos que les ayuden a sobresalir cuando estén buscando empleo en la industria de la construcción”, aseguró Silva, quien precisó que, a la vez, se ayuda a la industria, ya que no tiene que invertir dinero en ese tipo de adiestramiento.
“Para nosotros es bien importante tener la alianza con organizaciones como la Asociación de Constructores de Puerto Rico porque reconocemos el lugar y la importancia que tiene en la isla, y nos ayuda a servir de mentores en nuestros proyectos de construcción y en este programa de adiestramiento para ayudarnos a desarrollar entrenamientos que sirvan a esa industria y al país. Nos han ayudado a promulgar a labor que hace Habitat Puerto Rico para el tema de vivienda asequible en el país”, enfatizó.
“Estamos encaminados y enfocados en esa misión para realizar esas metas, ya sea de obtener un empleo [como resultado] del adiestramiento o de obtener su hogar o de que su casa ya no esté en condiciones insalubres”, subrayó, al hacer un llamado a donantes y voluntarios a que se unan a la causa.
“Tenemos la oportunidad de que individuos, corporaciones, gremios o cualquier persona interesada pueda venir y apoyar, y hacer trabajo voluntario en nuestro Programa de Adquisición de Vivienda”, exhortó. “La trayectoria de nuestra organización se nutre y se expande a través de las colaboraciones y las alianzas con nuestros donantes y voluntarios para construir un mejor país”, concluyó.